Blanco sobre blanco

Tomamos aire para expulsar y teclear palabras. En el silencio se ahogan, nos ahogamos, por sobredosis de oxígeno. Es curioso. En blanco sobre blanco se camufla la nada sobre sí misma, por no verse reflejada. Porque no es transparente. Con huellas en negro, por aquí o por allí, paramos minutos. La pizarra, la tradicional, es el único sitio en el que se escribe en blanco. Y es viento soplado contra sí mismo, aunque llegue a los pulmones. En blanco sobre blanco se desviste la mente, creyéndose alma, en su alarde de impotencia y de paciencia. Y deja ese olor, que todos conocemos aunque no identifiquemos, de la nada fragante. Porque, lo has vivido, los olores se recuerdan, y te sobresaltan a un pasado que inunda el presente metiéndose de golpe en el ahora. Sabes de sobra que hay una memoria especial para ellos. Quizás sea la forma en que la posibilidad se afirma. «Nunca» define el momento justo de antes de algún «quizás». En negro sobre negro no se entiende nada. Son paradas provisionales. Como la del todo sobre la nada. Gana el blanco. Siempre. Como la mente en blanco. Paradójica-mente, por ir quedando oscuro. Siempre gana «quizás» aunque la realidad necesite la imperiosa victoria del «ahora».

Cada día estoy más convencido de que esto de los blogs puede tener un uso literario. Ando en mi Twitter empeñado en contar, en 140 caracteres como máximo, lo que viene de allí, o estaba aquí camuflado, lo que es o podría ser. Lo que me parece. Y sin saber muy bien el motivo, pero está resultando. Le dije un día a Maribel que podría escribirse un libro sobre nuestro trabajo. Quizás sean tres mil sueños, pero en ello estoy, escribiéndolo en negro sobre blanco. Y aquí estamos, empeñados, como andamos, en evitar que la nada se camufle en ese blanco sobre blanco. O, a lo peor, somos agentes dobles, y la nada siempre gana. Pero no puedo hacer otra cosa. Maldita, bendita ética.

Acerca de Juanjo

Profesor de Filosofía

  1. Maribel

    A pesar de todo, el blanco permanece. Porque necesita de esa no afirmación manifiesta para poder sobrevivir en su mente blanca. No somos agentes dobles, somos un solo ser que lucha por devenir en un futuro cierto. Permanece la calma de los que miran en blanco, de los que, conocedores de su último triunfo, esperan pacientemente a que un nuevo viento acaricie sus sueños, un «quizás» más próximo de lo que ahora quieren sentir, quieren vivir. En blanco.
    Ese libro verá la luz, porque nunca antes había estado tan convencida de algo.
    Enhorabuena por tu post, no sabes cúanto me transmite.
    Un fuerte abrazo.

  2. Lucidísimo comentario, Maribel, lúcido a más no poder.
    Muchísimas gracias.
    El libro empieza así: «Pudimos con ello».
    Un abrazo.

  3. Pingback: “Pudimos con ello” « Educar en la acción

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