El jugador o la pieza

Buena pregunta

¿Eres peón, reina, caballo, alfil…? ¿O quien juega con las piezas? ¿Cómo son tus «movimientos»? ¿Concibes que la partida termine en tablas? ¿Cuándo ves el jaque mate? La imagen puede dar mucho juego para clase y para fuera de ella, con esas y otras muchas preguntas. ¿La pensamos en términos educativos, profesor-alumno, profesor-profesor, administración-profesor, equipo directivo-profesor? ¿En términos ciudadanos gobierno-pueblo? ¿En términos publicitarios? ¿Filosóficos? ¿En otros términos? Me ha recordado un buen libro: La actualidad de lo bello, de Gadamer, y su espléndido capítulo sobre el juego como fenómeno antropológico. Aunque puede que Huizinga también dijera algo.

Me encontré el stencil, por pura casualidad, en Metrosis. Y bien pensado, podría haberlo utilizado para otra crónica de dirección. O mejor no, porque no sé qué pieza sería y lo peor, quién es el jugador.

Acerca de Juanjo

Profesor de Filosofía

  1. ¡¡Utilízala en otra crónica para la dirección!!! Porque ahí somos los peones, en ningún momento me siento reina.
    Buenos dias

  2. El problema, María, como digo arriba, es que no tengo del todo claro quién es el jugador. Y tampoco somos tan peones ¿no?

    ¡Saludos!

  3. Tablas. ¿Blancas o negras?. ¿Podemos ser indistintamente protagonistas del juego y piezas del mismo?¿Somos piezas del Gran Juego de nuestras vidas? ¿ A quién salvamos (S.O.S)? ¿Al jugador o a la pieza? ¿Nacemos peón, nos hacemos caballo, maduramos como alfíl o torre? ¿ Protegeremos convenientemente al rey o reina ( de nuestra vida)?. Saltamos, comemos, quedamos en tablas o ganamos o perdemos… Y mientras tanto nos debatimos entre jugar o jugarnosla con un falso movimiento. Tu mueves. Tiempo…

  4. Y lo que le gustó a Duchamp el ajedrez, ¿verdad Manuel? Lo peor de todo es ser tablero, o la caja de las fichas, o el reloj, o un parchís.
    Un abrazo, Piel Roja.

  5. Quiero hacerte un regalo especial, amigo Juanjo. Es un pasaje de «Las cuidades Invisibles» de Italo Calvino. Es una de las más bellas metáforas que he encontrado jamás sobre los complejos procesos de «representación» y el sistema de relaciones que conlleva todo acto creativo.Un canto a la metáfora, una forma sutil de reivindicar la pluralidad de formas de evocación, que no son sino distintas formas de creación. La descripción espacial y la asociación mental como forma suprema de arte.El ajedrez es, como no, el protagonista. Recrea un impecable diálogo mudo-visual entre Kublai Kan y Marco Polo. La cita es extensa, intentaré acortarla si puedo, porque no tiene desperdicio.

    » A los pies del Gran Kan se extendía el muestrario de las mercancias traidas de sus viajes a los confines del imperio: un yelmo, un coco, un abanico. disponiendo en cierto orden los objetos sobre las baldosas blancas y negras y desplazandolas paso apaso con movimientos estudiados, el embajador trataba de representar a los ojos del monarca las vicisitudes del viaje, el estado del imperio, las perrogativas de las remotas cabezas del distrito…

    Kubai era un atento jugador de ajedrez; siguiendo los gestos de Marco Polo observaba que ciertas piezas implicaban o excluían la vecindad de otras piezas y se desplazaban segun ciertas líneas…En el fondo era inútil que Marco Polo para hablarle de sus ciudades recurriese a tantas zarandajas:bastaba un tablero de ajedrez con sus piezas de formas exactamente clasificables. A cada pieza se le podría atribuir vuelta a vuelta un significado apropiado… un caballo podría representar tanto un verdadero caballo como un ejercito en marcha…
    Al volver de su última misión, Marco Polo encontró a Kan esperándolo sentado frete a un tablero de ajedrez. Con un gestio lo invitó a sentarse frente a él y adescribirle con la sóla ayuda del juego las cuidades que había visitado. El veneciano no se desanimó: El ajedrez del Gran Kan tenía grandes piezas de marfíl pulido:disponiendo sobre el tablero torres amenazadoras y caballos espantadizos, agolpnado enjambres de peones, trazando caminos rectos u oblícuos como el paso majestuoso de una reina. Marco recreaba las perspectivas y los espacios de las cuidades blancas y negras en las noches de luna.
    (Sigue ahora mi pasaje favorito)
    Al contemplar estos paisajes esenciales, Kublai reflexionaba en el orden invisible que rige las cuidades, en las reglas a las que responde su surgir y cobrar forma y prosperar y adaptarse a las estaciones y marchitarse y caer en ruinas. A veces le parecía estar a punto de descubrir un sistema coherente y armonioso por debajo de las infinitas deformidades y desarmonías, pero ningun modelo resistía la comparación con el juego del ajedrez.Quizá, en vez de afanarse por evocar con el magro auxilio de las piezas del ajedrez visiones de todos modos destinadas al olvido, bastaba jugar una partida segun las reglas y contemplar cada estado sucesivo del tablero como uan de las innumerables formas que el sistema de las formas compone y destruye…
    En adelante, Kublai Kan no tenía necesidad de enviar a Marco Polo a expediciones lejanas: lo retenía jugando interminables partidas de ajedrez… El Gran Kan trataba de ensimirmarse en el juego: pero ahora era el porqué del juego lo que se le escapaba. El fin de cada partida era un victoria o una pérdida: ¿pero de qué?… »
    (Sigue, pero te dejo en la intriga, tendrás que buscar el pasaje amigo porque lo mejor viene después)
    Manuel.

  6. ¡Fantástico, Manuel! Gracias por el regalo. Y un abrazo.

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